Un clásico de Semana Santa.

Miembro de AEPEV. Periodistas y Escritores del Vino.
Colaborador de la Sección Amantes del Vino Revista Catas de Arte.
Torrijas al vino tinto. Una sencilla receta para este dulce típico de Semana Santa en el que el vino cobra el protagonismo, y si este es bueno…. mejor.
Visto que este año la esperada Semana Santa se ha visto truncada por la situación de confinamiento provocada por el Covid-19, una de las opciones que podemos hacer, aparte de catar y descubrir nuevos vinos, es la de cocinar. En un blog de vinos por qué no hablar de recetas, eso sí, siempre con el vino como protagonista. Unas ricas Torrijas al vino tinto.
No es la primera ocasión, y espero que tampoco la última, en la que os animo a utilizar ese vino que nos ha sobrado o que sencillamente no nos ha gustado. Existe también la opción de transformar el vino en vinagre, un proceso más laborioso que requiere de tiempo y que en alguna ocasión he realizado. Hoy una sencilla y económica receta para esta Semana Santa.
UN POCO DE HISTORIA…
El origen de las torrijas viene de lejos y no tenía relación alguna con la celebración de la Semana Santa. Sus primeras referencias las encontramos en S. I en la época romana, concretamente en la obra gastronómica de Marco Gavio, dónde hace mención al “aliter dulcia”, traducido como plato dulce, elaborado con rebanadas de pan sumergidas en leche. Durante los siglos venideros, ya en la Europa Medieval, surgen diferentes recetas con diferentes variantes y transformaciones, y que en ciertos países acompañaba los platos de caza o carne. Será en el S. XIV cuando Guillaume Tirel, cocinero francés, presente lo que hoy conocemos como la actual torrija: una rebanada de pan bañada en yema de huevo batido, seguidamente frita, para después rociarlas con azúcar. Las “Tostées dorées”.
En España, encontramos las primeras citas en época de los Reyes Católicos. El autor Juan de Encina hace referencia en su obra a las torrijas como un plato muy recomendado para la recuperación tras el parto. Durante el pasado S XX, la torrija se popularizó y empezó a comercializarse, esta ganó gran presencia en los bares de la capital, siendo costumbre servirlas acompañadas de un vaso de vino.
RECETA DE TORRIJAS AL VINO TINTO…..
Encontrareis diferentes recetas con variantes para elaborar las torrijas. Unas con corteza de limón, canela en rama, o miel….etc. Os propongo la más sencilla y fácil de preparar. A veces las cosas más sencillas son las que mejor resultado dan. Las cantidades son para 4 personas, bajo esta situación no recibiréis visitas, pero seguro que repetís, así que mejor que sobren:
Para el almíbar de vino:
- ½ botella de vino. Aquí cada uno que elija, pero…. “si quieres que te sepa échale que te duela”.
- 200 ml de agua.
- 150 gr de azúcar.
- 1 rama de canela.
- La piel de 1 naranja.
- 100 gr de azúcar para añadir al almíbar resultante.
Para las torrijas:
- 1 barra de pan para torrijas.
- 2 huevos.
- ½ cucharada de azúcar.
- Un pellizco de sal.
- Una mezcla de agua blanca y canela para rebozar la torrija ya frita.
- Freír en aceite de girasol con una rama de canela.
Para preparar las Torrijas al vino tinto primero empezaremos preparando el almíbar de vino tinto el día antes. En una cacerola verter el vino, el agua, la piel de naranja, el azúcar y la rama de canela. Llevar a ebullición y hervir durante 5 minutos. Nos quedará líquido, no os preocupéis, será tras impregnar las rebanadas cuando lo espesemos para volver a usarlo para “bañar” las torrijas. Dejar que repose tapado la noche entera. Al día siguiente retirar la piel de naranja y la rama de canela.
Para las torrijas primeramente trocearemos el pan en rebanadas de unos 2 cm de grosor. Reservamos. Batimos los huevos, les añadimos el azúcar, la pizca de sal y mezclamos. En un plato hondo vertemos parte del almíbar del día anterior, reservando el resto para luego espesarlo. Ahora pasamos las rebanadas por ambos lados, primero por el almíbar de vino y seguidamente por el huevo batido procurando que no chorreen. Reservamos.
Tercer y último paso, freír las torrijas. Para ello llenamos y calentamos a fuego medio una sartén de buen tamaño con el aceite de girasol y la rama de canela. Una vez esté caliente retiramos la rama de canela. Es turno de añadir las rebanadas en tandas, unas 3-4 dependiendo del tamaño de la sartén, de esta forma evitaremos que el aceite se enfríe y puedan quedarnos grasientas. Freímos hasta que queden doradas por ambos lados y retiramos. Una vez están todas fritas, las pasamos por la mezcla de azúcar y canela. Mientras añadimos el azúcar (100 gr restantes) al almíbar sobrante. Calentamos la mezcla a fuego medio durante 20 minutos. Terminado dejamos que enfríe otros 10 min. Una vez enfriado rociamos las torrijas y “voila”, ya tenemos nuestras torrijas al vino tinto para esta Semana Santa.
CONCLUSIONES……
Un plato que se popularizó por estas fechas por ser económico y a la posibilidad de poder aprovechar el pan que sobraba de días anteriores. También, ante la imposibilidad de comer carne por cuaresma, las torrijas son un socorrido plato que aportaba energía a la vez que llenaba el estómago. La sustitución en su elaboración de la leche por vino, era debido a que no todo el mundo disponía de ganado, pero sí era más factible que se tuviera vino para elaborarlas, además de ser este último un producto no perecedero. Las torrijas son de los platos más versátiles, las podemos tomar de desayuno, de postre, a media tarde como merienda, …etc. En este último caso las podéis acompañar de un vino como por ejemplo un Cream, también un espumoso que nos vaya limpiando el paladar o un Palo Cortado para los más golosos.