Es desde hace un tiempo que tenía pendiente mi visita al restaurante Llisa Negra, cocina de producto a la Parrilla, que abrió (a finales del 2018) el destacado Quique Dacosta, chef que recientemente ha convalidado, una vez más, sus tres estrellas Michelin en QUIQUE DACOSTA Restaurante y dos en El Poblet Restaurante de Valencia, eso sin sumar la cantidad de soles de la guía Repsol.
Llisa Negra es un concepto que expresa de forma magistral, una cocina de producto a la parrilla, de gran belleza culinaria, realizada con técnicas y equipos tanto tradicionales como de vanguardia; que ofrecen la oportunidad de disfrutar de una cocina a la parrilla al fuego o la brasa al máximo nivel, donde el producto de calidad, de la mano con la experticia a la hora de usar el Josper, se elevan como protagonista, resaltando así el sabor y el punto de cocción óptimo. Todo esto sin dejar de lado un emplatado, que decir maravilloso es poco, que une vajilla y producto, logrando de esa forma un contraste impecable, con una cromática armónica que destaca la seña artística de Quique Dacosta.
No podría continuar hablando de Quique Dacosta sin asociarlo al arte, la belleza, los productos, y sobre todo la esencia mediterránea que tanto lo identifica, pues es sin duda alguien a quien sigo con mucha admiración y atención desde hace aproximadamente 10 años. Mi primer encuentro con el joven Quique Dacosta, fue en su participación en el Congreso Mundial del Arroz, en homenaje a la Paella, el cual fue celebrado en Valencia en el año 2011, y que tuvo oportunidad de organizar mi estimado gastrónomo Rafael García Santos.
Esta última década de éxitos y logros, lo llevan a ser merecedor de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2020, que destaca el campo de la creación artística y cultural. En lo personal, me sentí muy contento de ver valorada su sensibilidad y su esfuerzo dentro del campo de la gastronomía con este importante galardón. En mi libro: El Arte También se Come, dejo plasmada mi admiración por Quique Dacosta, por su aporte en la fusión del arte y la gastronomía.
Volviendo de nuevo al Llisa Negra, hay que decir que es un restaurante cosmopolita, moderno, en el pleno corazón de Valencia, con un entorno y decoración agradable, y gente que expresa el estilo y pulso de la ciudad del Turia. Al entrar, noto el bar y detrás la bodega, al fondo, se deja ver a través de un cristal que casi funge como un velo, una maravillosa cocina, dinámica, con llamas y equipos que fusionan perfectamente la tradición con la tecnología, y que, de alguna manera, hacen cálido el ambiente. No quisiera tampoco pasar por alto su mobiliario beige y blanco, su muy buena iluminación, su ambiente elegante, distendido y seguro.
Al llegar, me recibe de manera amable Ana Belén, jefe de sala, que orquesta con éxito un gran equipo, y me conduce afablemente hasta mi mesa, donde me permite apreciar toda la panorámica del restaurante. Aunque ya tenía bastante claro que quería el menú degustación del Llisa Negra, le di un vistazo a la carta; la cual ofrece una gran gama de exquisiteces, de las cuales me cautivaron varias de ellas: un aperitivo con champagne y ostras como un ruinart brut rossé y cuatro ostras sobre hielo. En marisco, Gilda Llisa Negra de gamba pato, percebe y encurtidos; salazones curadas en Quique Dacosta restaurante.
También resaltaría las estupendas entradas frías y calientes; un tartar de ternera acabado en mesa; o un pulpo de roca de Dénia a la parrilla con mojo rojo. Exquisitos arroces elaborados a la llama de naranjo y sarmiento, que te hace dudar en preferir entre una paella tradicional valenciana o un arroz al senyoret; o ni lo uno ni lo otro, e ir directamente por el guiso de cada día.
Así mismo, vi los pescados, platos como una jugosa raya al grill o un rape a la brasa. No podían faltar tampoco las carnes asadas a la parrilla, como el solomillo de ternera acompañada con la salsa bearnesa. Por último, postres como la tarta de hojaldre e higos asados al josper, o la famosa tarta de queso fundente.
Decido en ese momento seguir firme con mi primera decisión, así que empiezo con el menú degustación de Llisa Negra; de aperitivo: dos entrantes cómplices de la temporada, para después zambullirme en el mar con platos marinos, saboreando el plato principal y el momento más dulce del menú, como final y gran protagonista, que cierra la estupenda degustación.
Como aperitivos, unas exquisitas cañaíllas con emulsión de azafrán y limón. Esta especie de molusco marino es una delicia, un aperitivo ideal, de intenso sabor a mar, pero, no tan fácil de sacar de su caparazón, acto que se realiza con un pincho o palillo metálico, que ayuda a sacarla completa y disfrutarla a plenitud. Llega acompañado de un pan hojaldrado cocinado al josper y servido sobre una tabla con tomate, ajo morado y aceite de oliva de Castellón, para comer de principio a fin.
Después, la Hueva de Mújol, de sabor intenso y sabor a nuestro mar mediterráneo. Luego un hermoso y delicioso plato como fue el Erizo de mar con quisquillas confitadas, emulsión de erizo y Kimchi. Un jugo para deleitarse hasta el final. Todo esto, por supuesto, armonizado con un vino blanco de su excelente bodega.
Continué con unas mollejas brasas, que estaban muy sabrosas, con una emulsión afrancesada; y a su lado unos cogollos asados de Tudela al josper, con reducción de verdura y toques cítricos.
En mi mesa se posaron dos Langostinos de Vinaroz, hervidas en agua de mar en su punto. Me encanto su suave y delicado sabor y cromática. Luego Vieira con miso, de suave textura y sabor, propias de esta época de invierno, y unas deliciosas huevas de salmón con toque de emulsión ligeramente picante, que hicieron una explosión de sabor en mi paladar.
Llegados al plato principal, una presa ibérica con salsa bearnesa, muy tersa y como todo, en el punto perfecto, para mí. Acompañada, de una alcachofa al josper con sal. Todo esto, acompañado por supuesto, de una copa de vino tinto, que me apeteció pedir al camarero.
Para finalizar no me atrevería jamás a dejar pasar por alto ese toque dulce en el menú, un postre exquisito y deliciosamente sensacional: tarta de queso fundente, uno de los grandes protagonistas del Llisa Negra.
Ya para culminar, quisiera decir que mi visita al Llisa Negra Restaurante de mi admirado Quique Dacosta, me hizo disfrutar de una grata experiencia gastronómica con gran satisfacción.
Desde Catas de Arte – Mediterranean Gastronomic Magazine, nos complace compartir y haber disfrutado de «La Cocina de Producto a la Parrilla» y esperamos poder disfrutarla, al menos por cien años más.
Por:
Llisa Negra Restaurante https://llisanegra.com Calle Pascual y Genís, 10. 46002 Valencia - España Teléfonos: +34 699 18 37 70 email: llisanegra@llisanegra.com Carta y Menú degustación.